QUENTIN TARANTINO ENTRE LA FANTASÍA Y LA REALIDAD
Hasta el último momento, no se sabía si Quentin Tarantino podría estrenar su nueva película en el Festival de Cannes. Esto hubiese sido una gran desilusión, especialmente cuando se cumplen 25 años del estreno, en el mismo lugar, de su primer éxito: Pulp Fiction, y cuando el filme tiene tanto que ver con el mundo del cine, como bien lo adelanta su título: Once Upon a Time in Hollywood.
¿Qué diferencia hay entre el Quentin Tarantino del éxito de Pulp Fiction en Cannes y el que estrenó, en el mismo lugar, Once Upon a Time in Hollywood?
Honestamente, mi vida es muy diferente de lo que era hace tres, cuatro e incluso diez años, porque me casé hace unos meses. Es algo que nunca había hecho y ahora sé muy bien la razón: estaba esperando a la mujer perfecta… Siento que, en este preciso momento, estoy viviendo en la mitad de la ecuación de mi vida.
El día antes del estreno en Cannes, Tarantino se había tomado el trabajo de escribir una carta en la que suplicaba que nadie revelara “algo que pudiera prevenir que otros espectadores pudiesen experimentar la película de la misma forma”.
La carta fue leída, incluso, frente a los periodistas acreditados en el festival, quienes estuvimos en la primera proyección (algunos respondieron abucheando).
Tratando de hacerle caso a Tarantino, podemos contar que Leonardo DiCaprio interpreta a un actor que se hizo famoso por alguna serie de televisión de cowboys al estilo Bonanza, y Brad Pitt, además de ser su mejor amigo, es un veterano de guerra que es su doble en la ficción.
Con 159 minutos de duración y una historia ambientada en 1969, la historia entremezcla la fantasía con la realidad.
En la película se hace referencia a figuras como Bruce Lee y Steve McQueen, el director Sergio Corbucci y el actor Ron Ely, que alguna vez fue Tarzán...
Sergio es uno de mis directores favoritos y Django Unchained está basada en el trabajo de él; al menos, es mi versión. Cuando puse al personaje de Leonardo DiCaprio viajando a Roma para filmar su primera película de vaqueros, la imaginé como Nebraska Jim, de Sergio, y eso significa que a “Rick”, el actor que interpreta Leo, le está yendo muy bien. Pudo haber filmado cualquier basura, pero el hecho de haber trabajado con Sergio significa que trabajó con uno de los más grandes maestros de aquel entonces. Claro que él no lo aprecia y piensa que está haciendo algo pésimo en Italia, pero yo, 40 años después, me daría cuenta de que fue un verdadero honor.
¿Y la idea de mezclar la realidad de un actor como Ron Ely con la ficción del personaje de Leonardo DiCaprio?
La mención de Ron Ely, del show de Tarzán, la agregué porque me gustó la idea de que, en ese momento, el personaje de Leo estaba aceptando trabajos como actor invitado en programas de televisión de otros actores. Tampoco lo puse en programas como Perry Mason, solo en shows infantiles de ciencia ficción, como Linterna Verde y Tarzán, donde él también se cree que es el mejor.
La realidad más importante en la historia es el asesinato de Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski. ¿Lo llegaste a conocer personalmente?
Me crucé con él un par de veces. Para el personaje de Leo, él es uno de los más grandes directores de cine, porque en aquel entonces lo era. Es impensable ver hoy lo que recaudó en el cine Rosemary’s Baby. En aquel momento, si una película recaudaba $8 millones ya era bastante y esa producción recaudó alrededor de $35 millones. Yo también admiro el trabajo de Polanski, en especial, Rosemary’s Baby. Esa película me encanta.
¿Cómo se te ocurrió agregar la violencia del asesino en serie Charles Manson en la historia?
Bueno, es un tema que no puedo tocar sin hablar demasiado. Prefiero enfocarme en cómo mostramos a las chicas de Manson en la escena del Rancho Spahn, que además transcurre antes de que empezaran los asesinatos. Ellos eran una comunidad rarísima de hippies; eran de lo peor. Aunque el lugar era bastante siniestro, traté de mostrar un poco cómo vivían allí… Y ahí estan, alquilando caballos, porque así era como recaudaban dinero, con grupos de rock que visitaban el lugar y alquilaban el rancho para las portadas de discos o hacían cabalgatas por el lugar. Sabían cómo ensillar bien los caballos y cabalgarlos, eran muy personales con los clientes. Cuando ves a Lulu, ella siempre llama a los clientes por su primer nombre. Eran muy personales con todos.
¿Qué recuerdos tienes de tu propia vida en 1969?
Cabalgué por allí con mis padres cuando tenía seis años. No sé si fuimos al Rancho Spahn de Manson, pero me gustaría pensar que sí. Probablemente fuimos al Observatorio Griffith, pero a mí me gusta quedarme con la idea de que fuimos hasta el rancho.
De cierta forma, ¿la película también refleja el lado personal de Quentin Tarantino en Hollywood?
Es algo que no hice conscientemente, pero creo que, sin pensarlo, ciertas cosas fueron apareciendo. Recuerdo la reacción de una de las primeras personas que leyeron el guión: mi asistente de dirección, Bill Clark, que trabaja conmigo desde Jackie Brown. En Pulp Fiction, incluso, fue asistente de producción y hoy no puedo imaginar filmar una película sin él… Él fue a mi casa a leer el guión y después de decirme: “Esta es tu novena película, ¿no?”, se fue a la piscina a leer y volvió diciendo: “Tu novena película es como las ocho anteriores filmadas todas juntas”. Es algo que no había pensado, pero es verdad.
Recaudos de Tarantino
Django Unchained $425.4 millones
Inglourious Basterds $321.5 millones
Pulp Fiction $213.9 millones
Kill Bill Vol. 1 $180.9 millones
The Hateful Eight $155.8 millones
Kill Bill Vol. 2 $152.2 millones
Jackie Brown $39.6 millones
Grindhouse $25.4 millones