MENORCA EL SECRETO DE LAS BALEARES
Por Jeniffer Rosa López · Fotos suministradas
Llegar a Menorca es ahora más fácil gracias a los vuelos directos
San Juan-Madrid de Iberia.
¿Compartir o no compartir la belleza majestuosa de Menorca? Esa es la pregunta; una pregunta válida, tomando en cuenta que Menorca no es tan famosa como sus hermanas Baleares: Ibiza, Mallorca y Formentera, y ha logrado mantener su anonimato casi a propósito, cautivando a los que se asoman con su esencia íntegra, belleza sinigual, playas secretas y calderetas de langosta, sin ese turismo inescrupuloso que amenaza otros destinos.
Llegar a la hermosa Menorca es ahora más fácil gracias a los vuelos directos San Juan-Madrid de Iberia. Pero… este no es un lugar para todo el mundo, quedas debidamente advertido. Quien conoce Menorca de primera mano sabe de lo que hablo. Por eso sorprendió a los aficionados del arte que la renombrada galería suiza Hauser & Wirth abriera su más reciente sucursal en los terrenos de un antiguo hospital naval en Illa del Rei, un islote aledaño a Puerto de Mahón, la capital de la pequeña isla declarada reserva de biosfera por la UNESCO en 1993.
Y hay que querer ir a Menorca porque, para llegar, debes tomar una pequeña embarcación que pasa cada hora, lo que significa que ese día tendrás una playa paradisíaca menos que disfrutar. Pero… ¿Vale la pena? ¡Absolutamente!
Comencemos por el principio: el viaje en bote, que no dura más de 20 minutos, te garantiza unas vistas envidiables. Al llegar, comienza el recorrido por los jardines de la galería, que albergan esculturas capitaneadas por quizás la obra más fotografiada de la artista francesa, ícono del surrealismo, Louise, Bourjeois, Araña.
Salas amplias, frescas e inmaculadamente blancas guardan en su interior impresionantes instalaciones de arte contemporáneo como Masas y movimiento, del californiano Bradford. Sin embargo, Hauser & Wirth no es solo una galería, sino que tiene una cantina preciosa diseñada por el arquitecto Luis Laplace, que comulga y brilla con luz propia en armonía junto a los demás elementos del entorno natural. Esta ofrece un menú ciento por ciento local y vinos del viñedo sostenible menorquín Binifadet.
Como si esto fuera poco, la galería pensó en un laboratorio educativo de arte que invita a ser descubierto por grandes y chicos. No hay que ser un experto en arte para disfrutar de este espacio experimental e interactivo, creado para despertar nuestros sentidos y que marcará una pauta en el antes y el después de los espacios artísticos.