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LORNA OTERO, ARTISTA, PRESIDENTA DE OFX INC.


Lorna Otero llegó a su nuevo entorno cuando su esposo, Luis Arias, ya llevaba 30 años en OFX Inc. La carrera de la hoy presidenta de la empresa de muebles de oficina se desarrollaba entre la plástica y el teatro. Cuando la artista y el empresario se unieron, fusionaron sus mundos. Ella se volvió una estudiosa de la evolución del espacio de oficina y nació un nuevo mundo en su tienda, OFX Office.


Lorna tuvo antes una escuela de arte para niños en Vega Baja; tenía 19 años cuando la abrió en su casa. El crecimiento la llevó a crear un espacio abierto en el que cada estudiante tuviera su rinconcito y pudiera escoger el material que quisiera, ya fuera acrílico, plastilina o mosaico, por ejemplo.

Doce años más tarde, Lorna promueve la creatividad en OFX de la misma manera. Como se trata de adultos, lo acompaña con el cambio de generación.


“Creo que estoy en el borde de una generación y otra. Por ejemplo, estoy segura de que, si hubiese personal mío aquí, yo estaría sentada en el piso usando un otomán para recostarme y la mesa de centro para trabajar. Esa evolución me parece interesante. A un archivo que puede parecer aburrido, se le integra la parte de la naturaleza y no te cansas de ver la pieza todos los días”, dice Lorna sobre un archivo tradicional que lleva pintado un árbol en su superficie. El otomán que menciona es verde con forma de pieza de rompecabezas.

A Lorna no le gustan los escritorios de cristal, ni los colores de maderas cherry y espresso en los muebles. En cuanto a formas, le gusta más la línea millenial, más orgánica, divertida y alegre. Probablemente, su inclinación se debe a que aún no ha cumplido los 40 años.


Lleva cuatro en esta empresa, en la que, al llegar, le preguntaron qué silla quería para su escritorio. “Dije: ‘Cualquiera’. Pero, cuando uno se sienta en una silla, si no es la que le queda, esas seis u ocho horas serán imposibles. Es cuestión de comodidad, y la ergonomía es una necesidad”, considera.

Su esposo Luis, gerente general de la empresa, aceptó la estética de Lorna de inmediato. Ya Luis era atrevido en un negocio que, por lo general, no lo es. De la misma forma en que funcionaba la relación de pareja, la visión de color de Lorna se fusionaba con la del estilo que Luis deseaba.

Cuando interactúa con clientes que trabajan en espacios cerrados o que se distraen fácilmente, Lorna apoya sus necesidades. “Me parece fascinante cómo ha cambiado la idea de las personas sobre dónde deben estar, cómo quieren estar y qué deben tener. Eso es lo que he venido a aportar al concepto. La idea no tiene siquiera que ver con el color. Está el sofá que hace que no tengas que moverte a la pared porque tiene electricidad y espacio para el cable USB. Les hablo de cosas sencillas, como el pedestal movible, que es fácil para oficinas modernas”, explica.

Lorna también busca modificar la cultura de la compra de este tipo de mueble por medio del internet haciendo uso de la tecnología del vídeo. Consciente de que no es tan fácil como vender un vestido, su intención es que el puertorriqueño se sienta seguro de la calidad del producto al poder acercarse visualmente a este.


No es fácil trabajar con la pareja, pero el carácter fluido de Lorna y el más temperamental de Luis se complementan. Ella se encarga de la publicidad atrevida, las redes sociales y visita las instalaciones de los lugares que renuevan. Él es un enamorado de las sillas y los escritorios. Todo lo hacen juntos, hasta los ejercicios. Sin embargo, ella busca que los momentos que disfrutan en pareja no se vean invadidos por los asuntos de oficina.

Ella está convencida de que regresará a enseñar a niños y se mantiene produciendo teatro. De hecho, fue la productora de Malas, que reunió a Iris Chacón y Charytín Goyco, pero ni esto la distancia de su esposo.

“En el teatro, va a los ensayos generales y, si surge una oportunidad de extra… Parece que tiene alma de artista”, concluye la creativa, una empresaria, esposa, productora, artista, maestra y mujer in power.

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