JOSHUA RÍOS SEPÚLVEDA CARTA LIBRE AL CANNABIS MEDICINAL
A primera instancia, Joshua Ríos Sepúlveda nos recuerda a Clark Kent, el alter ego de Superman. Al conversar con él, tal como el superhéroe, nos damos cuenta de que se ha enfrentado a su propia kryptonita con todos los medios que ha encontrado.
Joshua Ríos.
A sus 29 años combate una leucemia mieloide crónica que le fue diagnosticada en 2009. “Hace diez años comencé a sentirme débil, sudaba en las noches y dormía mucho más de lo normal. Los laboratorios que me hicieron presentaron exceso de glóbulos blancos. En Centro Médico me confirmaron que se trataba de este tipo de cáncer en la sangre”, explica Joshua.
El joven ingeniero civil no parece enfermo y actualmente “está de vacaciones” de la quimioterapia. Consume CBD –cannabidiol, componente del cannabis con beneficios medicinales– en diferentes productos de b.well Healing Center, un dispensario de cannabis medicinal.
“Con el CBD estoy viendo calidad de vida. La inflamación que surge por algún medicamento y por la condición, la tengo bajo control. Nadie recomienda que se sustituya un medicamento por otro. Estoy aprovechando estas vacaciones que les dan a los pacientes. Mi médico no está a favor de mi pausa de la quimioterapia en este momento y el doctor que está certificado en cannabis ve el CBD solamente como remedio para la inflamación, pero con él he logrado disminuir el progreso de mi condición”, explica Joshua.
“Mi doctor me advirtió que no podía ir al río, coger sol o ir a la playa, pero poco a poco he ido retomando mi vida. Tomo cerveza, salgo y tengo un balance. La quimioterapia ha funcionado muy bien, pero tomo mis descansos. Del cannabis medicinal consumo dos pastillas en las mañanas y dos en la noche, y me ayuda a mantenerme. Puedo ir al gimnasio. Me quita el dolor. No te da una nota psicoactiva abrumadora porque tiene el doble de CBD que de TCH (componente psicoactivo del cannabis)”, cuenta Joshua.
Para su familia, su enfermedad fue un gran golpe, pero él se mantuvo fuerte. Su leucemia es del tipo que progresa muy poco (le dicen la “buena”). Con la quimioterapia inicial por vía oral habría podido regular la producción de glóbulos blancos, pero trajo otros problemas.
“Empezó el sangrado intestinal, estreñimiento severo y siempre estaba hinchado y mareado. Subir escaleras me fatigaba ya en el segundo piso, me daba náuseas. Me cambiaron el tratamiento del inhibidor de tirosina quinasa que funcionaba poco a uno que me sentaba mejor, pero no llegué a la etapa de remisión y empecé a desarrollar alergias y artritis”, dice.
Llegó al cannabis medicinal hace dos años luego de intoxicarse con ciguatera, según Joshua, quien narra su odisea con una sonrisa, como si hiciera un cuento jovial.
“Después de comer un pescado, no paraba de vomitar. Agarré una botella de agua fría y me quemó (síntoma cardinal de la ciguatera) … y caí de nuevo en el hospital. Comencé a estudiar, y encuentro que el CBD es bueno para los problemas neuropáticos. La ciguatera afecta el sistema nervioso. Ya yo había solicitado la certificación de paciente por el cáncer y, luego de investigar mucho, me gustó B.well por el control con el que trabajan”, explica.
Con la llegada del CBD a su vida, “bajé el peso de retención de agua y llevé mi conteo a cero. Me habían descontinuado la quimioterapia por la ciguatera y el hematólogo no podía creer la mejoría. Aunque no está a favor del CBD, al ver los resultados, me dio carta libre”.
“El CBD me eliminó las contracciones en la vejiga y otra condición en que tienes la señal de querer evacuar y no puedes. Llegué a estar seis horas sentado en el baño porque no quería arriesgarme a hacerme necesidades encima. No podía salir de la casa. Me costó la relación que tenía. Tuve que darme de baja de las clases. A las cuatro horas de comenzar con el CBD me sentí mejor. Al día siguiente no tenía dolor en el lumbar. Con la jeringuilla que funciona como supositorio sané una fisura que un gastroenterólogo me recomendó operar. Se curó”, comparte Joshua.
El descubrimiento lo animó. Utiliza el aceite en el vaporizador cuando los dolores en los huesos son muy fuertes, y se le quitan de inmediato. La artritis, los espuelones, las lesiones en los hombros, una que tuvo que ser operada y sus condiciones en los talones se alivian del todo. Joshua mantiene su seguimiento con los médicos de tratamientos tradicionales.
“Integrar ambos tratamientos es lo que me ha funcionado. Las alergias en la piel y la molestia en la espalda ya no las tengo. La quimioterapia me dejó intolerante a la lactosa. La leucemia ha limitado mi capacidad para sanar lesiones. Minimizar la quimioterapia es mi decisión como paciente y me permite fortalecer mi cuerpo para combatir la condición. Cuando me corto, me pongo CBD. Ya lo uso para todo y funciona”, manifiesta Joshua, quien indica que ahora duerme bien y se levanta con mucha energía.
Carmen Serrano, principal oficial ejecutivo de b.well, explica que los productos son diversos, comenzando con lo básico: la flor, los aceites para vaporizar y las tinturas, en gota sublingual o para echar en alimentos o bebidas.
“Todo tiene que producirse en Puerto Rico. Tenemos cápsulas, cremas tópicas para dolores y la gama de los comestibles, como la miel y los chocolates de la línea de Draco Rosa, las gomitas y las galletas. Para pacientes con condiciones muy críticas están los más concentrados, pero todo es dosificado”, explica Carmen, quien enfatiza en que lo importante, además del diagnóstico, la certificación y la recomendación médica, es el método de administración recomendado, la dosificación y el estilo de vida del paciente de alguna de las 16 condiciones por las que puede certificarse.