DIANA MARÍA OTERO FRANQUI
Por Lorna Zayas Rodríguez
Foto Giován Cordero
Cuidado del cabello Kérastase
Influencer y creadora de contenido
Su página, Soy Diana Otero, tiene alrededor de 40 mil seguidores combinados en las plataformas de Instagram y Facebook, y es a través de esta que Diana María Otero Franqui ha encontrado su voz genuina.
“Yo no me dejo intimidar. Ahora que hago todo sola es cuando más empoderada me siento. Sí pido ayuda en ocasiones, pero sé lo que quiero…”.
Su comienzo como creadora de contenido digital se dio, en 2014, cuando renunció a su trabajo en una agencia de publicidad para explorar el mundo y documentar estas experiencias a través de un blog.
Con su exsocio abrió una página en Instagram, y de esta forma, comenzó una travesía que ha desembocado en lo que es hoy su trabajo a tiempo completo, el que le ha dado las mayores lecciones y satisfacciones a la empresaria de 34 años.
Fue el año pasado que Diana —quien estudió periodismo y relaciones públicas— decidió lanzarse sola, luego de realizar labores compartidas en aquel blog inicial, y así irse convirtiendo en la influencer llena de voz y fuerza que es hoy.
Al regresar a su patria luego de un lustro viajando, Diana cambió el nombre de la página al actual, Soy Diana Otero, que ha tenido gran éxito gracias a la medida perfecta que brinda al combinar storytelling y buenas fotografías.
Las marcas han descubierto su alcance, por lo que muchas, entre esas, la línea Kérastase, de la que es embajadora en Puerto Rico, le han brindado su apoyo.
“Ser influencer es ahora mi trabajo a tiempo completo. Trato de entrar en el lenguaje de cada marca que se me acerca, y así he logrado convertirme en la embajadora de varias de ellas”, comparte Diana.
“Yo no me dejo intimidar. Ahora que hago todo sola es cuando más empoderada me siento. Sí pido ayuda en ocasiones, pero sé lo que quiero… A veces, se dice que trabajar por cuenta propia es más fácil, y sí, en parte lo es porque uno maneja su tiempo, pero hago todo conmigo misma: reuniones, brainstorming… –ríe–. Pienso que esto es el futuro: trabajar por cuenta propia y desde cualquier lugar... La pandemia –dice– vino a comprobar que se puede hacer”.
Considera que las mujeres nos hemos montado en esta ola y acostumbrado a estas nuevas maneras “más fácilmente, porque podemos hacer varias cosas a la vez. Mis hermanas son mis ídolos porque tienen hijas y, mientras están trabajando remoto, las atienden, hacen homeschooling... Es bien gratificante y agotador a la vez, porque uno no para; las redes sociales no paran”.
Diana intenta sacar tiempos de desconexión para evitar que los tentáculos de las redes sociales la arropen completamente, por lo que trata de desvincularse sábados y domingos, aunque no siempre le funciona. “Hay que sacar un tiempo, porque te puede consumir”, expresa la creativa, quien, a partir de la pandemia, se propuso explorar más a Puerto Rico, lo que ha hecho.
“Cuando vamos a otros destinos, los recorremos de rabo a cabo y se nos olvida a veces hacerlo con la isla de uno. Puerto Rico es uno de mis destinos favoritos”, destaca quien también disfruta la poesía de grandes escritores, como Mario Benedetti, y la de jóvenes como Miguel Gane, Sara Búho y Leti Sala, a quienes puede leer una y otra vez.