DEGUSTAN LA PLENITUD DE DOM PÉRIGNON
En una exclusiva cena Ballester Hermanos presentó el nuevo Dom Pérignon P2 1998
En una velada dedicada a descubrir la mayor expresión de sabor existente, Ballester Hermanos celebró recientemente una exclusiva cena que sirvió para presentar a Plénitude P2 Deuxième 1998, la más reciente añada del icónico champagne, Dom Pérignon. La cena se llevó a cabo el pasado jueves, 6 de octubre en el exclusivo restaurante Fern de The St. Regis Bahía Beach Resort en Río Grande en donde el Chef Juan Peña y su equipo de trabajo, creó un menú especialmente para la ocasión. Nathan Benfrech, embajador de Dom Pérignon, participó del evento como invitado especial y compartió las exquisitas cualidades de la añada y su proceso de elaboración.
El grupo de distinguidos invitados disfrutó de la cena la cual constó de entremeses y tres cursos en donde cada plato era maridado con diferentes añadas de Dom Pérignon como: Dom Pérignon 2006, durante el primer curso; Dom Pérignon Plénitude P2 Deuxième durante el segundo curso; Dom Pérignon 2004 Rosé degustada junto al postre, y finalizando con una copa de Hennessy X.O. La cena estuvo amenizada por las melodías de Acordes, agrupación compuesta por un violín, viola y un violonchelo.
Descrito como el impecable resultado de más de 16 años de elaboración, la particularidad del nuevo Dom Pérignon Plénitude P2 Deuxième reside en su evolución, ya que no se produce de forma lineal ni constante, sino en una sucesión de ventanas de expresión. Estos momentos privilegiados reciben el nombre de plenitudes, capturas del momento en el que el vino alcanza sus notas más altas e intensas.
La cosecha de 1998 que sirvió para la elaboración de esta añada estuvo marcada por dos sucesos opuestos e inusuales: las elevadísimas temperaturas del mes de agosto, que quemaron la uva de forma espectacular, y las intensas precipitaciones durante las dos primeras semanas de septiembre. La cosecha tuvo que retrasarse y la espera se vio milagrosamente recompensada por el buen tiempo que siguió. La uva vendimiada estaba en buen estado y en su punto óptimo de maduración.
